11.5.10

tokio_



- Tu problema es que no eres alguien con quien se pueda contar. No estás en las fotos.
- ¿Qué fotos?
- No importa qué fotos porque no estás en ninguna. En las fotos sólo estoy yo. Como si éstos, fueran sólo mis viajes.
- Busca un poco. Recuerdo que en Hanoi me hiciste una foto. Debe de estar por algún lado. Y en el avión. Me hiciste una foto en el avión. De eso estoy seguro.
- Aquí está, tengo una foto tuya, dormido en un avión. Eso es todo. Es como si estuviera viajando sola.
- Pero no estás viajando sola. Yo estoy aquí aunque no esté en las fotos.
- Estás aquí, cierto, pero, ¿por qué no estás en las fotos? ¿Te has parado a pensarlo?
- No me gustan las fotos.
- Te gustan las mías.
- Las tuyas sí. No me gustan mis fotos.
- Ése es el problema, ¿lo entiendes ahora?
- No.
- Tu problema es que dentro de muchos años podrás negarlo todo, porque no habrás dejado pruebas. Y eso me hace dudar de la fe que tienes, ahora, en nosotros.
- Hay algo que se me escapa.
- ¿Qué?
- Bueno, en realidad, todo. ¿Quieres hacerme una foto?
- No quiero hacerte una foto. Quiero que estés en las fotos. Quiero que dejes de luchar por no estar en ellas. Quiero verte a mi lado, en Tokio, dentro de un montón de años.